ENTREVISTA EN «LA PAZ MUNDIAL» por Joaquín Aldeguer, publicada el 28/04/2014
¿Qué es el humor sin risa? ¿Qué es la risa sin humor?
Siempre se establece una distinción que a mí me parece
inexistente: se habla de humorismo por un lado, que provoca sonrisa, y
comicidad, que provoca risa; se ha dicho que el primero es muy superior al
segundo por tal y tal razón o que el humor inglés es preferible a la comicidad
española. Yo no comparto esta opinión. La sonrisa y la risa son distintos
grados del mismo fenómeno, de la misma reacción. Lo que sí hay es un humor bajo
y uno alto. El bajo es aquel que consiste en reírse de los defectos de los demás,
en el sexo, en la escatología, en los ataque políticos o religiosos. Ése es el humor
fácil que muchos pueden hacer y que abunda. El humor alto, el bueno, el de
calidad, no necesita insultar a nadie; puede lograr risas con el ingenio y la
inteligencia.
¿Por qué hemos tenido que esperar tanto para ver tu
primer libro de humor?
Eso hay que preguntárselo a las editoriales, que tienen un
pacto con las fábricas de kleenex y les revenden los manuscritos de los
escritores sin echarles muchas veces ni un vistazo. Yo llevo publicando ensayos
desde hace 25 años sin especiales problemas, pero también llevo escribiendo
cosas de humor desde entonces, que, en cambio, no han interesado a las editoriales.
Ahora, tras la aparición de Historia estúpida
de la literatura, espero que esta situación cambie y pueda seguir
publicando libros de humor, que es lo que más me gusta hacer. Este libro mío,
aunque esté feísimo que yo lo diga, ha sido un éxito rotundo de crítica, sólo falta
por ver si es o no también un éxito de ventas. La editorial
Renacimiento-Espuela de Plata ha sido valiente publicándolo y eso hay que
reconocerlo sin parar, porque es un libro distinto a las colecciones de chistes
y monólogos televisivos que es prácticamente lo único que se publica como humor
hoy en día.
¿Qué te diferencia de tu abuelo, además de la edad, la
situación vital y un apellido?
Me diferencian mil cosas. Aunque pueda haber alguna
semejanza —sería imposible que no la hubiera— no me considero en absoluto un
jardielista en el sentido de ser un seguidor de su estilo. Mis maestros son
otros. Dicho de otra manera: el influjo de Jardiel sobre mí no es el de sus
obras, sino el de su persona privada. Desde pequeño he vivido en un ambiente
humorístico, donde se hablaba en camelo, donde se tergiversaban los refranes,
donde se daban respuestas absurdas, se inventaban palabras y se les cambiaba el
nombre a las cosas. Eso te influye, indudablemente. Pero si se analizan mis
escritos de humor se hallarán más semejanzas con la llamada «generación simpática
del 98», con aquellos humoristas de principios de siglo, como Vital Aza, Juan Pérez
Zúñiga, Enrique García Álvarez y Pedro Muñoz Seca. Tengo más influjo de Quevedo
o de Mark Twain que de Jardiel. Sin olvidar, por supuesto, a los hermanos Marx.
¿Qué fue lo último que pagaste en pesetas?
No recuerdo si fue un yate o un café con leche, pero debió
de ser un yate, porque creo recordar que no me devolvieron cambio.
¿Te has batido en un duelo al amanecer contra algún
descendiente de Mihura?
Ninguno ha tenido valor para batirse conmigo. Y no me
extraña, porque al estar la razón de mi parte, no hubieran tenido argumentos
con qué defenderse. Para el que no sepa de qué va la cosa, contaré que Jardiel
se quejó de que Mihura (que era compañero de letras en revistas de los años
veinte) le copió procedimientos cómicos, lo cual no es un alegato arbitrario,
sino un hecho constatado por la crítica literaria. Mihura se resintió, por otra
parte, del éxito teatral de Jardiel, que era el amo del Teatro de la Comedia,
por así decirlo, y estrenó todo lo que le dio la gana. Mihura, en cambio, no
conseguía estrenar y tuvo que esperar a que muriese Jardiel en 1952 para
estrenar Tres sombreros de copa, que
la tenía escrita y en un cajón. muerta de risa, desde 1934. Yo creo que hay
sitio para ambos en nuestras letras, pero muchos historiadores de la literatura
no quieren incluir a los dos y mencionan a uno u a otro como el único maestro
del teatro cómico del siglo XX.
¿Cuándo se cansa uno de parodiar y burlarse de todo?
¿Cómo imaginas la parodia o burla de tu
obra o de ti mismo?
Yo no me canso de parodiar y burlarme, y pienso seguir haciéndolo.
Hago mía la frase de Juvenal, que decía: «Es difícil no escribir sátiras».
El mundo que nos rodea es tan asqueroso que invita continuamente a la crítica.
Tú sólo eliges el género y el grado de dureza de tus ataques. En cuanto a
burlarme de mí mismo, lo hago continuamente; no en este libro reciente, pero sí
en mi página cómica, «Humoradas».
¿En que se diferencia un verdadero escritor de un
farsante?
Es difícil determinarlo. La definición más obvia de farsante
literario es el del plagiador, del que hace pasar por suyas ideas de otro. Pero
esto nos llevaría muy lejos. Shakespeare no tuvo ninguna idea original: la
mitad de sus obras son vidas de reyes sacadas de las crónicas y la otra mitad
son leyendas italianas que ya existían. Y no le vamos el negar el mérito. Los
temas se repiten desde la noche de los tiempos, pero el literato honesto debe
reinterpretarlos a la luz de sus tiempos, de su estilo propio. Debe buscarse la
originalidad; el farsante sería el que se aprovechara de una tendencia y
escribiera libros de complots templarios sólo porque un libro de ese tipo tuvo éxito
en un momento dado.
¿Qué opinarías de alguien que calificara tu estilo
humorístico como pasado de moda?
Lo consideraría un elogio. Desprecio profundamente las modas
que, por definición, son pasajeras. A juzgar por las ventas, Belén Esteban está
de moda; en cambio, Dostoyevski no lo está. Si la moda es un criterio de
calidad para alguien, no puedo respetar la opinión de ese alguien. Yo no quiero
estar de moda unos días; soy más soberbio y aspiro a perdurar. Además, lo que
supuestamente pasa de moda, vuelve a estar de moda cíclicamente. Como dijo
Wilde, no hay libros morales o inmorales, actuales o anticuados, o cualquier
otra definición dicotómica, sino simplemente bien o mal escritos.
¿A qué preguntas temes más en una entrevista?
A ninguna. Desgraciadamente yo soy un bocazas y opino de
todo, así es que ninguna pregunta me asusta. Si es un tema que domino, la
contesto con aplomo y sensatez. Si no sé nada del tema, me lío la manta a la
cabeza y la contesto igualmente.
Después de haber vivido durante más de 15 años en la India y conocer profundamente su
cultura, ¿qué podrías destacar sobre el humor indio (si es que el humor pudiera
tener distintas nacionalidades)?
Los indios —no lo olvidemos— son un pueblo indo-europeo y,
como tal, tienen unos esquemas mentales muy semejantes a los nuestros. En el
teatro clásico indio, escrito en sánscrito en los primeros cinco siglos de
nuestra era, hallamos recursos cómicos exactamente iguales que los que hay en
las comedias de enredo de Lope de Vega o Tirso de Molina. Sus juegos de
palabras se asemejan a los de los conceptistas. No hallo unas diferencias apreciables.
¿Cómo ves la
relación entre literatura y humor en la
actualidad?
El humor siempre ha estado injustamente despreciado y la
situación sigue siendo la misma. El humor no gana premios, no otorga prestigio
al que lo cultiva. Hay grandes autores, aunque no muchos. En España tenemos a
Eduardo Mendoza, un verdadero maestro del género. Hace poco murió el gran Tom
Sharpe. Sin embargo, sigue teniendo más vigencia lo dramático, que es un género
híbrido. Los griegos dividían su arte en tragedia y comedia y a ambos le daban
igual valor y categoría. La tragicomedia, la mezcla de ambos elementos, es un
gran invento literario. Pero lo dramático, el conmovernos con las desgracias
menores, es a mi juicio, algo inferior, por lo fácil. Cualquiera puede
conmoverte contándote una muerte o una enfermedad, sin que sean precisas la imaginación
ni la habilidad narrativa.
Sabiendo lo prolífico e hiperactivo que eres, ahora
debes estar metido varios proyectos ¿podrías adelantarnos algo?
Tengo varios libros en prensa, sí; pero entiendo que me
preguntas por escritos de humor. Trabajo a la vez en varias cosas. Una de ellas
es un libro humorístico sobre la lengua española y sus peculiaridades, un
manual de estilo al revés, un palo a la Academia y un rizar el rizo de las
inmensas posibilidades cómicas de la lengua castellana. Otro trabajo es de carácter
histórico: una colección de pequeñas biografías de personalidades del pasado,
en clave desmitificadora, y empleando multitud de géneros literarios, desde el
verso a la entrevista, pasando por la semblanza, el paso de comedia y todos los
demás que son habituales. Sería la visión cómica de políticos, reyes, artistas
y gentuza varia. Por supuesto, no descarto algún otro libro paródico sobre
temas literarios. Veremos a ver quién se interesa por ellos.
ENTREVISTA EN «DIARIO DE MALLORCA
por Enric G. de San Miguel, publicada el 1/03/2014
ACABA DE SALIR AL MERCADO UN LIBRO ORIGINALÍSIMO: «HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA», DE ENRIQUE GALLUD JARDIEL. ENTREVISTAMOS A ENRIQUE Y LE PEDIMOS QUE NOS HABLE DE SU LIBRO.
Pues es, básicamente, un experimento en parodia: una burla simpática de escritores famosos, de obras literarias, etc., destinado a alimentar esa suprema cualidad del espíritu que es el sentido del humor.
¿POR QUÉ LA PARODIA?
Porque el mundo se toma a sí mismo demasiado en serio y ya es hora de que empecemos a reírnos de todo. La gente muy seria es la que acaba siendo muy mala. La parodia, en cambio, es desmitificación, mostrar que los gigantes tienen los pies de barro. Es un género difícil de hacer y, sin embargo, con muy mala prensa. Pero requiere una gran cultura para hacerla y para entenderla: es un juego sólo para inteligentes.
ASÍ ES QUE SE TRATA DE UN LIBRO FUNDAMENTALMENTE CÓMICO.
En efecto. Porque, puestos a inventar, ¿vamos a abrazar la tragedia, el drama, para entristecer a nuestros semejantes a base de lágrimas, sufrimientos y desdichas? ¿Es lícito torturar al prójimo con la aplicación de conceptos griegos —agón, metábole, hybris, némesis, anagnórisis, fatum— esencialmente crueles y fastidiosos? ¿Es humano encerrarse meses para acumular maldades y dolores en una novela o una pieza dramática y refocilarse pensando «¡Cuánto va a sufrir el público o el lector! ¡Lo que va a llorar cuando contemple o lea esta escena!»? Mi respuesta es no. Por el contrario: lo digno, lo bello, lo humano es el humor. Ya lo dijo el nunca bien ponderado Muñoz Seca en su obra «El padre alcalde»: «Lo único que hay en el mundo digno de estimación, después de una buena mujer, es una buena carcajada. Y quienes la produzcan con su arte, su ingenio o su gracia, merecen la gratitud de las gentes.»
¿SE RECONOCE EN ESPAÑA EL VALOR DEL HUMOR?
En absoluto. No se sabe de ningún humorista literario o cinematográfico que haya obtenido galardón alguno. Y la gente que se divierte un montón leyendo una novela cómica o viendo una comedia, al acabar, dicen, desagradecidamente «¡Qué gansada», sin apreciar la alegría que esa obra les ha proporcionado.
¿POR QUÉ HACES HUMOR BASÁNDOTE EN LA LITERATURA?
Porque amo los libros y me resisto a hacer humor basándome en la cotidianeidad y el tópico, algo muy de moda en los monólogos cómicos. Ya sabe: mujeres que no entienden los mapas y hombres que no atinan con el retrete. Prefiero tomar como modelo obras literarias que conozco bien y me han proporcionado muchos buenos momentos.
EN TU LIBRO, SIN EMBARGO, SATiRIZAS A MUCHOS AUTORES Y, SIN EMBARGO, TE BURLAS DE ELLOS.
Pero lo hago siempre con cariño. A muchos de los autores a los que parodio les admiro muchísimo.
¿CREES QUE EL HUMOR MÁS PROFUNDO SURGE DE UNA PROFUNDA TRISTEZA O, POR EL CONTRARIO, ÉSTE EMERGERÍA DE UN ESTADO DE ÁNIMO LUMINOSO QUE PERMITIERA INVERTIR LA REALIDAD Y TRANSFORMARLA EN FÁBULA O DISPARATE?
Se ha dicho que la literatura es lo único que nos premite descansar de la vida. Así pues, el escritor humorístico puede ser un pesimista encubierto. Pero en este caso, sólo producirá sátira amarga. No podrá crear formas más ingenuas de comicidad. El humor es una postura ante el mundo, un punto de vista. Y el dolor desdramatiza la existencia y nos hace más felices. Creo, pues, que al invertir la realidad y transformarla en disparate, conseguimos que esa realidad, cruda muchas veces, nos duela menos.
¿QUIÉNES HAN SIDO TUS MAESTROS LITERARIOS EN EL TERRENO DEL HUMOR?
En primer lugar, Quevedo. Y luego Bernard Shaw, Mark Twain, García Álvarez, Pitigrilli, Muñoz Seca, Gómez de la Serna, Jardiel Poncela y Tom Sharpe.
¿CUÁNTOS LIBROS HAS ESCRITO?
Esa pregunta está mal hecha. Lo que quieres preguntarme realmente es cuántos libros he publicado, no cuántos he escrito. Porque he publicado bastantes, pero otros varios no se los he conseguido colocar a ninguna editorial. Los publicados suman más de treinta. Pero luego están los otros, los hijos tontos, que no los quiere nadie más que su padre y que viven en un cajón.
¿QUÉ TÉCNICAS UTILIZAS PARA ESCRIBIR?
Pues según el tema. Por lo general escribo sin pararme a pensar todo lo que se me ocurre y, un tiempo después, elimino de forma inmisericorde una tercera parte del texto —el relleno, por así decirlo— para obtener condensación y calidad de página. Es lo que recomendaba Lope de Vega, que sabía algo de eso. Pero a los que escribimos no nos gusta revelar nuestros procedimientos de creación.
¿POR QUÉ?
Pues por miedo a que se desvele la base de nuestro artificio y los lectores piensen «¡Ah! Pues no es para tanto. Así es muy fácil escribir.»
¿CREES QUE TU LIBRO GUSTARÁ AL LECTOR?
Estoy plenamente convencido de que sí, de que gustará sin duda al que lo lea. Está pensado para lectores muy variados y contiene comicidad de muy diversos niveles, por lo que satisfará a gustos muy diversos.
¿PIENSAS QUE SE VENDERÁ MUCHO?
Eso ya es otro asunto muy diferente. Hoy en día las grandes editoriales alquilan metros cúbicos de mundo en las grandes superficies para vender pilas de libros, magníficos y nauseabundos indistintamente. Cuando más cerca está la pila de las verduras del supermercado, mayores son las ventas. El incauto ciudadano que ve tantos ejemplares se dice: «Este libro se vende mucho. Será, por lo tanto, estupendo. ¡Yo también me lo voy a comprar!» Y la mentira (su condición de superventas) acaba siendo verdad. Pero yo no tengo dinero para alquilar trozos de universo.
SIN EMBARGO, UNA FIRMA DE MUCHO PRESTIGIO COMO ES RENACIMIENTO-ESPUELA DE PLATA HA CONFIADO EN ESTE PROYECTO.
Sí; y hay que reconocerles su valor por el hecho de que han encontrado un texto que les ha gustado y se han volcado con él, trabajando de manera excelente y produciendo un libro muy esmerado, sin pararse a pensar si recuperarían o no su inversión. No todas las editoriales obran con ese amor al oficio. Hay muchas a las que les gusta un manuscrito y no lo editan si el autor no es famoso por salir en la televisión.
¿QUÉ ESPERAS DE ESTA AVENTURA EDITORIAL?
Pues ni fama ni dinero, soy bastante realista. Tampoco era ése mi objetivo. No tengo ansias de ser ese escritor famoso que usa chaleco a cuadros, fuma en pipa, que se ve asediado por mujeres guapísimas, colocadas en colas interminables ante su mesa y que miran con arrobo mientras le piden que les firme el ejemplar del libro que aprietan amorosamente contra su pecho. Sí espero, al menos, conseguir la suficiente solvencia para poder seguir escribiendo y publicando cosas de humor, que es lo que me apasiona.
¿DÓNDE PODEMOS HACERNOS CON ESTE LIBRO Y OBTENER MÁS INFORMACIÓN SOBRE ÉL?
El libro se vende en las librerías normales. Por Internet se puede encargar en Amazon, El Corte Ingles, la fnac, etc.
ENTREVISTA EN WAWANCARA. REVISTA DIGITAL DE ENTREVISTAS
por Antonio Montesinos, publicada el 9-3-2014
Enrique es doctor en Filología Hispánica. Comparte su vocación por las letras con su amor por la India. Es hijo de actores y nieto de Enrique Jardiel Poncela, del que hereda su visión sarcástica de la realidad. Acaba de publicar un libro titulado Historia estúpida de la literatura con el que pretende desmitificar una disciplina a la que muchas veces se ha cubierto de un halo de seriedad innecesario. Un atrevimiento. Aunque él dice que el atrevimiento es de la editorial Renacimiento-Espuela de plata que aparte de su libro ha rescatado el clásico Las mil peores poesías de la lengua castellana, de Jorge Llopis. Hemos hablado de humor y de letras.
¿LA LITERATURA DE HUMOR ES POCO SERIA?
Desde Aristófanes al Arcipreste de Hita el humor ha estado siempre en la literatura. Es cierto que hay un prejuicio en contra de la literatura humorística. Se entiende erróneamente que la literatura seria es de más calidad. Quizás porque se asocia el humor con el chiste fácil. La verdad es que el humor es difícil de hacer. El ser primitivo no se ríe. Para buscar la risa hace falta inteligencia, para los juegos de palabras hace falta inteligencia, lo mismo que para los dobles sentidos… Para hacer parodia literaria, que es a lo que yo me dedico, tienes que conocer muy bien el modelo. Si te burlas de algo tienes que conocerlo. Fíjate que en Grecia daban la misma importancia a lo trágico que a lo cómico. El drama es más fácil de hacer: muy mal tiene que estar contada una tragedia para que no nos conmueva. Sin embargo hacer reír es otra cosa.
INTENTAR SER GRACIOSO TIENE UN RIESGO ENORME…
No hay nada más triste que alguien que pretende hacer reír y no lo consigue. El humor tiene su técnica, que se puede aprender, sin embargo hay que servir para eso. Igual que se puede aprender a medir y rimar y no todo el que sabe hacerlo es poeta, todo el que intente hacer reír no tiene por qué ser gracioso.
VÁMONOS AL OTRO EXTREMO, ENRIQUE. ¿LA POSE SERIA NO ESCONDE MUCHAS VECES CIERTA IMPOSTURA?
Puede ser. Lo que sí es cierto es que la seriedad crea una barrera. Aporta distanciamiento. Voy a más… La gente mala, por llamarla de alguna forma, es esencialmente seria. La gente que ha hecho algo malo casi siempre lo hace desde la seriedad. La gente que cree seriamente en algo es propensa a ese tipo de excesos. Por ejemplo, la gente que entra en disputa por cuestiones religiosas es gente que cree seriamente en esos preceptos. Cuando te tomas demasiado en serio determinadas cosas las consecuencias pueden ser desastrosas. Tomarse demasiado en serio el concepto de patria nos puede llevar a enfrentamientos con otra gente a la que le pasa lo mismo. No hace falta poner ejemplos. Quien sabe reírse de la patria, o incluso de la religión, difícilmente podría entrar en conflicto con sus semejantes por estos asuntos.
¿EN MUCHOS CASOS NO SE FUERZA LA POSE DE SERIEDAD PARA CONSEGUIR CIERTO HALO DE CALIDAD?
Sí, hay gente que actúa así, aunque para decir cosas serias no hace falta ser necesariamente serio. Se pueden decir grandes verdades en tono de humor. Ahí tienes a Quevedo. Fíjate que los escritores satíricos normalmente se han llevado muy mal con el poder. Intentar dar una capa de seriedad a todo lo que se hace es querer ganar una respetabilidad que a lo mejor no se tiene. Hay que desconfiar un poco de aquellos que son escesivamente serios.
LOS ÚNICOS QUE SE PUEDEN REÍR DEL REY DELANTE DEL REY SON LOS BUFONES.
Claro. Es un privilegio de los que se dedican al humor. Aunque tiene sus riesgos.
EN TU LIBRO HACES UN EXPERIMENTO MUY CURIOSO. ESCOGES ALEATORIAMENTE UNA SERIE DE SUSTANTIVOS, ADJETIVOS, VERBOS Y ADVERBIOS CON CIERTO AROMA POÉTICO, LOS MEZCLAS AL AZAR Y EL RESULTADO ES, CUANDO MENOS, SORPRENDENTE…
Eso ya lo hicieron los vanguardistas en su época. Se puede decir que dentro de la subjetividad de la literatura hay un elemento de fraude como puede haberlo en ciertos elementos del arte abstracto. Si algo no se entiende automáticamente se supone que existen significados ocultos que todos desconocemos. Eso te lo pueden vender de muchas formas…
VOLVEMOS A LA IMPOSTURA.
Claro. Sobre todo cuando te lo venden como una obra de arte de mucho mérito y que las mentes normales no alcanzan a comprender. El arte es comunicación y dentro de este mundo hay mucha gente que no entiende nada y que no se atreve a decir esto es incoherente. Ante este panorama hay muchos que, antes de decir no lo entiendo, lo alaban de manera sistemática.
EN EL FONDO, TU LIBRO ES UNA DENUNCIA DE TODO ESTO.
Sí. Mi intención es desmitificar sin quitar mérito a quien lo tenga. Muchas veces estamos ante gigantes con pies de barro. De todas formas está hecho con cariño. Muchos de los autores a los que, entre comillas, ataco, son gente que me ha hecho pasar muy buenos ratos. La parodia no es más que ver la literatura desde otro punto de vista donde las cosas aparecen con otra dimensión. La parodia permite vislumbrar los elementos de cotidianeidad e incluso los defectos de las obras que previamente nos han vendido con cierto halo de grandeza.
TE ATREVES INCLUSO CON CERVANTES…
Por supuesto. Cervantes es una de mis bestias negras (risas). No digo que esté sobrevalorado con respecto a sí mismo, pero sí quizás con respecto a otros escritores de su época que me siguen pareciendo mejores y que no tienen tanta fama. Quizás a Cervantes se le ha dado más gloria de la que merecía. A lo mejor El Quijote no es esa maravilla que tiene que encantar a todo el mundo.
TU ABUELO DESTACÓ EN EL TEATRO DEL ABSURDO. ESA ES OTRA FORMA DE PONER DE MANIFIESTO TODO ESTO QUE TÚ DENUNCIAS…
Más que absurdo, lo que hacía mi abuelo era inverosímil. A diferencia del absurdo, en el fondo las obras de mi abuelo tenían una lógica interna. La vida, tal y como se nos presenta, es aburrida y para sacarnos de eso mejor buscar lo distinto.
TAMBIÉN TUVO PROBLEMAS CON LA CENSURA FRANQUISTA. ¿EL PODER ES COMPATIBLE CON VISIONES ALTERNATIVAS DE LA REALIDAD?
El poder no se lleva bien con nada que lo cuestione. Lo hagas en serio o en broma. Esto llega al extremo cuando el poder se ve ridiculizado. Si consigues ridiculizar al poder estás a un paso de que la gente le pierda el respeto. Y eso es intolerable. Menos aún por un poder represivo basado en el miedo. Un poder así podría soportar el odio pero no la burla. La burla hace que el poder pierda toda su autoridad, por lo que resulta inaceptable.
ESTO QUE CUENTAS NOS LLEVA A PENSAR CÓMO EL PODER SE SUSTENTA EN GRAN MEDIDA EN UNA IMAGEN AUTOCONSTRUIDA QUE SE ENCARGA DE ALIMENTAR DE MUCHAS MANERAS. UNA IMAGEN FICTICIA QUE, EN CIERTA FORMA, GARANTIZA SU LEGITIMIDAD DE CARA A LOS CIUDADANOS.
El poder se encarga de perpetuar una serie de valores que define como eternos, monolíticos e invariables. Cuando alguien propone una visión distinta ya estás atacando a esa estructura. Si te ríes de alguien estás, de alguna manera, manifestando que no te da miedo.
LLAMA LA ATENCIÓN CÓMO LA LITERATURA SARCÁSTICA HACE USO DE LA MEZCLA ENTRE LO SUBLIME Y LO VULGAR.
Es un recurso muy utilizado. Se llama cambio de nivel. Interrumpir una frase elegante con un elemento vulgar tiene un efecto cómico.
ESTE RECURSO TAMBIÉN PODRÍA TENER UNA SEGUNDA LECTURA Y ES QUE TODO LO QUE CONSIDERAMOS SUBLIME PUEDE CONTENER ELEMENTOS VULGARES Y VICEVERSA, ¿NO?
Efectivamente. Nos invita a poner las cosas en perspectiva. En el ser humano se mezcla lo vulgar con lo sublime y esto es algo que no podemos olvidar.
EN EL FONDO LA LITERATURA CUMPLE SU PAPEL DE OFRECER UNA VISIÓN DISTINTA DE LO QUE CONOCEMOS POR REALIDAD. ¿NO CREES QUE ES SANO PLANTEARSE LAS COSAS DESDE UN PUNTO DE VISTA DISTINTO AL HABITUAL?
Ese es el objetivo de la literatura humorística, lo que ocurre es que no todo el mundo lo entiende así. Se le acusa de ser una literatura escapista, de evasión… Cualquier visión de las cosas que te haga plantearte la realidad desde otros puntos de vista no deja de ser algo demoledor. El humor es transgresión.
ENTREVISTA
EN FALSARIA, RED SOCIAL LITERARIA
por
Agustín Ochoa, publicada el 28-2-2014
Por casualidad, ese tipo de
casualidades que uno agradece durante mucho, ha llegado a la redacción de
Falsaria el libro Historia estúpida de la literatura una perla única en el inmenso mar de libros altamente recomendados.
En realidad, investigando un poco más en su autor, un valenciano
internacional, Enrique Gallud Jardiel las cosas tienen sentido: nieto del
grandísimo Enrique Jardiel
Poncela, ha heredado su erudición y su sentido del humor. Por
lo demás, Historia estúpida de la literatura es un
hilarante libro sobre el lado más satírico de la literatura universal. Al
terminarlo, y pasárnoslo en grande, no hemos podido evitar conocerlo y hacerle
este entrevista, una de las más interesantes que hemos publicado en este medio.
Con ustedes, Enrique Gallud
Jardiel.
ANTES
QUE NADA, CUÉNTANOS QUÉ ENCONTRARÁ EL LECTOR AL LEER HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA.
Encontrará un libro de humor,
altamente original, de buen gusto, para todos los lectores, donde se hacer una burla simpática de muchos
autores famosos y grandes obras de la literatura, siempre con cariño y
con el objetivo de alimentar esa suprema calidad del espíritu que es el sentido
del humor. La finalidad del libro, en resumen, es proporcionar placer a los
sentidos y al intelecto.
ASÍ ES
QUE SE TRATA DE UN LIBRO FUNDAMENTALMENTE CÓMICO.
En efecto. Porque, puestos a
inventar, ¿vamos a abrazar la tragedia, el drama, para hacer polvo a nuestros
semejantes a base de lágrimas, sufrimientos y desdichas? ¿Es lícito torturar al
prójimo con la aplicación de conceptos griegos —agón, metábole, hybris,
némesis, anagnórisis, fatum— esencialmente crueles y fastidiosos? ¿Es humano encerrarse meses para acumular
maldades y dolores en una novela o una pieza dramática y refocilarse pensando
«¡Cuánto va a sufrir el público o el lector! ¡Lo que va a llorar cuando
contemple o lea esta escena!»? Mi respuesta es no. Por el contrario: lo digno,
lo bello, lo humano es el humor. Ya lo dijo el nunca bien ponderado Muñoz Seca
en su obra El padre alcalde: «Lo único que hay en el mundo digno de
estimación, después de una buena mujer, es una buena carcajada. Y quienes la
produzcan con su arte, su ingenio o su gracia, merecen la gratitud de las
gentes.»
HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA ES UN
LIBRO ABSOLUTAMENTE EXCEPCIONAL, NO SOLO PORQUE TE PARTES DE RISA AL LEERLO
SINO PORQUE ABARCAS MÚLTIPLES GÉNEROS ―SIEMPRE EN TONO HUMORÍSTICO― VERSOS
IMITATIVOS, FALSAS RESEÑAS DE LIBROS, TEXTOS APÓCRIFOS, PARODIAS TEATRALES,
BURLA DE LAS TÉCNICAS DE LOS TALLERES DE ESCRITURA. ¿CÓMO SE HACE PARA MANEJAR
TANTOS REGISTROS Y QUE TODOS SEAN HILARANTES?
Los procedimientos de creación de
humor son muchos, vienen de antiguo y están estudiados. Algunos de ellos son la sátira, la desmitificación, el cambio de nivel,
los anacronismos, las figuras retóricas, los juegos de palabras, los
elementos absurdos y de sorpresa, los equívocos, etc. Si los conoces bien,
puedes aplicarlos a cualquier género literario y conseguir e efecto deseado.
Los hay de muchos niveles, porque a unas personas les hacen gracia unas cosas y
a otras, les hacen gracia otras. Por
ello estoy plenamente convencido de que este libro gustará sin duda al que lo
lea. Está pensado para lectores muy variados y contiene comicidad de muy
diversos niveles, por lo que satisfará a gustos muy diversos.
Lo que
quiero decir es que el mundo se beneficia más con una nueva obra de creación
que con un nuevo libro de crítica literaria.
HAY UNA
COSA QUE LLAMA LA ATENCIÓN YA DESDE EL COMIENZO Y ES, COMO MENCIONAS EN EL
PRÓLOGO, QUE HAS ACABADO HASTA LA CORONILLA DE TANTA ERUDICIÓN Y TANTA MANDANGA
DE LA LITERATURA PERO, PARADÓJICAMENTE, EN HISTORIA ESTÚPIDA DE LA
LITERATURA SE PALPA UNA GRAN ERUDICIÓN Y UN CONOCIMIENTO PROFUNDO DEL MUNDO
DE LA LITERATURA. ¿QUÉ NOS QUIERES DECIR?
Para escribir sobre algo, te
tiene que gustar, aunque lo hagas en clave de parodia. Nadie escribe sobre aquello que desprecia o que le es indiferente.
Yo me he permitido hacerlo en broma sobre temas literarios que conozco muy bien
y he enseñado durante muchos años. Pero eso no significa que no me gusten, sólo
que he optado por una visión distinta. En
cuanto a la erudición, creo que es necesaria y yo sigo investigando y
escribiendo ensayos literarios, pero lo que quiero decir es que el mundo
se beneficia más con una nueva obra de creación que con un nuevo libro de
crítica literaria.
LA
LITERATURA DE HUMOR SIEMPRE HA SIDO PRESENTADA COMO SUBGÉNERO O GÉNERO MENOR
POR CIERTA ELITE ILUSTRADA. ¿INTENTAS UNA JUSTICIA POÉTICA EN HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA DESMITIFICANDO
CIERTOS CRÍTICOS CLASISTAS INSOPORTABLEMENTE PEDANTES O SIMPLEMENTE TE LO HAS
PASADO DE MUERTE ESCRIBIÉNDOLA?
Ambas cosas. he disfrutado mucho
escribiéndola. Estar a solas, encerrado en un a habitación, riéndote a carcajadas de lo que has escrito
es una experiencia vital incomparable. En cuanto a la justicia poética,
¡pues claro que sí! El humor no está justamente valorado. No se sabe de ningún
humorista literario o cinematográfico que haya obtenido galardón alguno. Y la
gente que se divierte un montón leyendo una novela cómica o viendo una comedia,
al acabar, dicen, mostrando desagradecimiento, «¡Qué gansada», sin apreciar la
alegría que esa obra les ha proporcionado. Hay que revertir esto.
EN
ALGUNOS PASAJES, MUY ELABORADOS, JUEGAS CON LOS LABERINTOS DEL LENGUAJE,
CAMBIANDO EL SENTIDO DEL TEXTO, ALGO QUE RECUERDA TÍMIDAMENTE A LES LUTHIERS.
¿HAY LUGAR PARA EL HUMOR INTELIGENTE EN UNA SOCIEDAD QUE HA BANALIZADO
EXTREMADAMENTE EL OCIO Y EL HUMOR?
Siempre ha habido humor
inteligente, aunque en menor medida. El
éxito de Les Luthiers, que mencionas, lo prueba. Pero la gente, por lo
general, hace, compra o aprecia lo que se le dice. Y por eso bajan los niveles
de calidad. Pero si los que mandan en el asunto les ofrecen cosas buenas, las
gentes las apreciarán igualmente. Y eso es lo que habría que hacer. Recomendar buenos libros en los periódicos,
emitir buenas películas en la televisión y buena música en la radio. El
nivel cultural de la gente subiría. Pero hay gente culta y esperamos que cada
vez haya más y funcionen con un criterio propio y no con el de los que los
quieren manejar para sus fines.
¿POR
QUÉ LA LITERATURA ES MENOS SUSCEPTIBLE DE REFLEJARSE A SÍ MISMA COMO PARODIA
QUE OTRAS DISCIPLINAS ARTÍSTICAS?
No estoy de acuerdo. La
literatura se ha parodiado a sí misma con gran frecuencia y éxito. Desde La
gatomaquia de Lope de Vega hasta La venganza de Don Mendo de Pedro
Muñoz Seca, por citar sólo ejemplos españoles, las parodias se cuentan por
decenas de miles. Lo que sucede es que
la parodia ha tenido mala prensa y ha sido considerada un género menor.
No lo es. Al contrario. La parodia precisa un nivel cultural muy alto en el que
la hace y en que la contempla, pues sin esos conocimientos culturales, lo que
se parodia no se entendería. Además, la desmitificación lleva implícito un
elemento de sátira, de crítica; tiene un propósito correctivo y regenerativo de
la sociedad. En suma: es un género para inteligentes.
La
parodia precisa un nivel cultural muy alto en el que la hace y en que la
contempla, pues sin esos conocimientos culturales, lo que se parodia no se
entendería.
HAY MUY
POCAS REFERENCIAS SIMILARES A HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA EN EL MERCADO
ESPAÑOL ACTUAL. ¿TE CONSIDERAS UNA ESPECIE DE REFERENTE AL RESPECTO?
El
panorama de la narrativa cómica española en la actualidad es muy pobre. Con la honrosa excepción de Eduardo Mendoza (y sus novelas de
detectives locos y marcianos extraviados), se limita a recoger monólogos
televisivos de humor facilón, basados en mujeres que no entienden los mapas y
hombres que no atinan en el retrete. Esta tendencia hay que revertirla y por
eso hay que escribir otro tipo de libros. En este caso la editorial Espuela de Plata se ha mostrado
valiente e innovadora, creyendo en un libro radicalmente distinto al habitual.
Pero, ¡cuidado!, no pretendo ser totalmente original, pues existen en el pasado
otros libros en la misma línea, como Las mil peores poesías de la lengua
castellana, de Jorge Llopis
(publicada también, por cierto en la misma editorial, Espuela de Plata) o Cómo
acabar de una vez por todas con la cultura, de Woody Allen.
VOLVIENDO
UN POCO AL PUNTO ANTERIOR, ERES EL NIETO DE ENRIQUE JARDIEL PONCELA PADRE DEL
TEATRO DEL ABSURDO Y UNO DE LOS MÁXIMOS EXPONENTES DE LA LITERATURA ESPAÑOLA.
¿EL INTERÉS POR EL ARTE Y POR UN TIPO ESPECÍFICO DE LITERATURA (TEATRO, HUMOR)
SE HEREDA? ¿HAS INTENTADO SEGUIR SUS PASOS?
El interés se hereda, obviamente,
en los genes y se refuerza con la educación de los primeros años. Mi padre era actor, yo crecí en un teatro y
mi pasión por el arte dramático está, por así decirlo, condicionada. En
cuanto a la segunda parte de la pregunta, no he intentando deliberadamente
seguir los pasos de mi abuelo; hubiera sido un ejercicio de soberbia. Lo que sí
sucede es que mi educación me condujo de manera natural al humor. En mi casa se hablaba siempre una lengua
«cómica», por así decirlo, llena de camelos, juegos de palabras, chistes
sobreentendidos, alusiones, etc. Se me acostumbró a ver el lado ridículo
de las cosas. Tuve esa suerte en mi formación.
Mi padre
era actor, yo crecí en un teatro y mi pasión por el arte dramático está, por
así decirlo, condicionada.
VOLVIENDO
A TI: ES ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE RESUMIR TU CURRÍCULO VITAL Y PROFESIONAL EN
ESTAS LÍNEAS. HAS HECHO TEATRO, ESCRITO MÁS DE 30 LIBROS, ERES DOCTOR EN
FILOLOGÍA HISPÁNICA, HAS DADO CLASES EN LA UNIVERSIDAD JAWAHARLAL NEHRU DE LA
INDIA DONDE, POR OTRO LADO, HAS VIVIDO Y ERES ESPECIALISTA EN INDOLOGÍA,
IMPARTES TALLERES DE INTERPRETACIÓN, HAS DIRIGIDO TESIS… ¿PIENSAS DETENERTE EN
ALGÚN MOMENTO? ¿ES, COMO SUELE DECIRSE, QUE EL CONOCIMIENTO MÁS EXTENDIDO DEL
ARTE Y DEL MUNDO CONDUCE INEVITABLEMENTE AL HUMOR?
No pienso detenerme en mi
actividad literaria, porque lo que hago me apasiona y no tendría sentido
privarme tontamente de un placer efectivo. Sí es cierto que los años te llevan al humor, salvo que seas una
de esas personas fatuas que se toman todo muy en serio, especialmente a sí
mismas. Según el parangón clásico, la vida es un estadio de carreras y los
hombres se dividen entre los que corren en la pista, los que les contemplan y
los que venden bocadillos al público para lucrarse con el sudor de otros. Cuando has corrido mucho en esta vida, te
llega la hora de pararte a ver cómo corren los demás y entonces es cuando
observas, analizas y le sacas la comicidad a lo que contemplas. Como
decía Unamuno: «La vida es una
tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan».
CONFORME
TU EXPERIENCIA, ME GUSTARÍA SABER TU OPINIÓN SOBRE LA LITERATURA ESPAÑOLA
ACTUAL.
Es difícil opinar sin suficientes
años de perspectiva. Pero si he de ponerme profético, anunciaré que los
narradores que quedarán serán Fernando
Savater, Eduardo Mendoza, Fernando Sánchez Dragó… y pocos más. Muchos de los que hoy son muy famosos
(Pérez-Reverte, Gala, Zafón), dentro de tres décadas habrán desaparecido de las
estanterías y no habrán logrado ni un pequeño huequecillo en las historias de
la literatura. Se les olvidará como nosotros hemos olvidado a Alberto
Insúa o a Felipe Trigo, que en su época gozaron de gran fama y vendieron
bastante.
En el teatro no hay grandes
firmas, como en el siglo XX, ni siquiera firmas constantes. La mayor parte de la cartelera son grandes
musicales o adaptaciones de películas de éxito seguro. Es una etapa muy baja
del arte escénico.
En poesía hallamos nombres
destacados, como Luis Alberto de
Cuenca, Joaquín Benito de Lucas y otros muchos, pero los libros de
poesía difícilmente se venden y este género quede limitado a un círculo muy
selecto, pero muy reducido. El resumen de todo esto, es bastante desconsolador.
DE SER POSIBLE, CUÉNTANOS CÓMO FUE EL PROCESO CREATIVO DE HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA
Se trata de un libro de contenido
muy heterogéneo y cada escrito tiene una historia distinta. La idea de unirlos
en un todo coherente es relativamente nueva, aunque muchas de las partes las
tenía escritas desde hace años. Mi
procedimiento de escritura no es fijo. Pero, por lo general, pienso en
un tema, me documento y dejo pasar un tiempo, para que mi subconsciente haga el
trabajo por mí. Cuando me pongo a
escribir, me sale todo con gran facilidad, porque el tema ya está rumiado.
Cuando me pongo a escribir, no me detengo en absoluto: jamás me he bloqueado ni
arrugado ningún papel para tirarlo a un rincón del cuatro, ni cosa así. ¡Ah! Escribo con pluma y luego lo copio.
Sigo la regla de Lope: escribo libremente todo lo que se me ocurre y, unos días
después, elimino un tercio de lo escrito (lo peor, lo menos divertido, la paja)
para conseguir calidad de página.
Muchos
de los que hoy son muy famosos (Pérez-Reverte, Gala, Zafón), dentro de tres
décadas habrán desaparecido de las estanterías y no habrán logrado ni un
pequeño huequecillo en las historias de la literatura.
POR LO
DEMÁS, PENSABA PREGUNTARTE POR TUS REFERENTES LITERARIOS PERO CREO QUE ESO, EN
ALGUIEN CON TU EXPERIENCIA, ES INABARCABLE. CAMBIO LA PREGUNTA, CUÉNTAME, SI
QUIERES, CINCO DE LOS MEJORES ESCRITORES QUE HAYAS LEÍDO.
Contestaré a las dos cosas. Si me
preguntas por mis modelos en la escritura de humor te diré que son Quevedo, Bernard Shaw, Mark Twain, García
Álvarez, Pitigrilli, Pérez Zúñiga, Muñoz Seca, Gómez de la Serna, Jardiel
(¡claro!) y Tom Sharpe, aunque seguro que me dejo algunos. En cuanto a
mis autores preferidos fuera del campo del humor, pues Lope, Calderón, Gracián, Dostoyevksi, Balzac, Hesse, Zweig, Rand,
Asimov, Eco, Borges. Todo muy variado.
¿DESEAS
AGREGAR ALGO MÁS?
Pues podría añadir que de esta
aventura editorial no espero conseguir fama ni dinero. Tampoco era ése mi
objetivo. No tengo ansias de ser ese
escritor famoso que usa chaleco a cuadros, fuma en pipa, que se ve
asediado por mujeres guapísimas, colocadas en colas interminables ante su mesa
y que miran con arrobo mientras le piden que les firme el ejemplar del libro
que aprietan amorosamente contra su pecho. Pero sí espero, al menos, conseguir
la suficiente solvencia para poder seguir escribiendo y publicando cosas de
humor, que es lo que me apasiona. Porque la risa es lo más sano, lo más bueno,
lo que más se parece a la felicidad.
ENTREVISTA EN «HUMOR SAPIENS»
por Pepe Pelayo, publicada el 3-3-2014
¿TE GUSTA
QUE TE HAGAN ENTREVISTAS?
Me gusta
mucho, pues me encanta
poder dar mi opinión sobre las cosas y, por lo general, a la gente no le
importa casi nada mi opinión. En una entrevista, cuando te preguntan algo es
porque parece que sí les importa y eso es gratificante.
¿CÓMO VES EL ESTADO ACTUAL DEL HUMOR
EN EL PAÍS DONDE VIVES, EN TELEVISIÓN, RADIO, TEATRO, LITERATURA Y GRÁFICA?
Lo veo muy mal. El humor
televisivo se basa en monólogos sexistas, concatenaciones de chistes
del mismo tema, sin especial ingenio.
En la radio prácticamente no hay espacios humorísticos.
En teatro, se hacen espectáculos
titulados Cinco hombres.com o Monólogos de la vagina, que no son sino
más monólogos parecidos a los de televisión. Se vende como comedia
cómica
lo que no son más que cuatro o cinco monólogos concatenados e inconexos. El humor
gráfico es el mejor, aunque se centra principalmente en la sátira
política y es de bastante mal gusto,
aunque con imágenes de mucha calidad.
EN ALGUNOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA SE DICE: «MI PAÍS ES UN PUEBLO DE HUMORISTAS",
"EN MI PAÍS, TÚ MUEVES UNA PIEDRA Y SALE UN HUMORISTA»,
ETC. ¿EN ESPAÑA SE DICE LO MISMO?
En España hay mucha
gente que cuenta chistes
en los bares, pero pocos que hagan humor
original. Los humoristas
consagrados cuentan versiones modernas de los chistes
del Pleistoceno.
¿ES VERDAD LA ACUÑADA FRASE: «ES MÁS FÁCIL HACER LLORAR QUE HACER REÍR?»
Una gran verdad. La
narración de cómo un niño murió atropellado por un camión siempre conmueve al
que la escucha, por muy mal que se cuente. Una historia cómica,
mal escrita o mal contada, pierde toda su gracia.
Hacer reír
sin burlarse
de los más desafortunados o sin mezclar sexo, política o religión es
dificilísimo.
¿CUÁNDO DECIDISTE HACERTE HUMORISTA?
Creo que eso no se
decide. Uno lo es y ya está. En mi casa se hablaba con un lenguaje cómico,
con camelos, frases de doble sentido, alusiones a frases humorísticas
famosas, etc. Todo ello te predispone.
¿EL HUMORISTA
NACE O SE HACE?
Nace en lo que se
refiere a una forma de entender el mundo. Dijo Unamuno que la vida es una
tragedia para los que sienten y una comedia
para los que piensan. En cuanto al manejo de los instrumentos literarios del humor,
hay que aprenderlos, como todo en esta vida.
¿CUÁL HA SIDO EL MEJOR Y EL PEOR MOMENTO DE TU CARRERA EN EL HUMOR
HASTA EL DÍA DE HOY?
Momentos malos,
muchos; sobre todo cuando ves que, por hacer humor,
la gente respeta menos tu trabajo creativo. Los mejores momentos los paso a
solas, cuando, al escribir, se me ocurre algo gracioso
que me divierte
a mí mismo y me río yo
solo.
Me es difícil reír
con cualquier cosa, porque ante un chiste,
la deformación profesional me hace analizarlo para ver cuál ha sido el elemento
cómico
que produce el efecto deseado. Sin embargo, veo el lado divertido
de muchas cosas que, para los demás no son graciosas.
Personalmente, los chistes
verdes, que gustan
a tanta gente, no me hacen ni pizca de gracia.
¿ALGUNA ANÉCDOTA COMO HUMORISTA?
Me pasó algo muy divertido
una vez, pero como no me acuerdo en absoluto de qué fue, pues no te lo puedo
contar.
¿CON CUÁLES COLEGAS TE IDENTIFICAS?
En lo referente a humoristas
de espectáculo
creo que Les Luthiers son los que mejor han manejado últimamente el humor
elegante. Me gustaba
mucho Tip (y no me gustaba Coll). Gila era genial. De los más recientes (en
España) no me identifico con ninguno. De los escritores recientes mencionaría a
Tom Sharpe y a Eduardo Mendoza.
¿QUÉ ME ACONSEJAS A MÍ COMO HUMORISTA?
Que defiendas siempre
la dignidad y la ética del humor y
nunca dejes que te menosprecien por dedicarte a él en vez de a otras cosas
aparentemente más serias. La seriedad es la madre de todas las desgracias. Las
gentes que matan a otras son porque se han tomado las cosas (una ideología
política, un sentimiento patriótico, una religión) demasiado en serio. El humorista,
en cambio, dedica su esfuerzo a hacer más bella y más feliz
la vida de sus semejantes.
ENTREVISTA PARA «CAZADORA DE SOMBRAS Y LIBROS»
por María, publicada el 22-4-2014
¿CÓMO SURGIÓ
HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA?
El libro es una
recopilación de escritos diversos que he ido elaborando a lo largo de los años,
por diversión propia. De hecho tengo bastantes más del mismo estilo, de los que
este Historia estúpida es únicamente una selección. Todo el material es original.
¿PARA QUÉ
TIPO DE PÚBLICO VA DIRIGIDO TU LIBRO? ¿POR QUÉ PIENSAS QUE LOS JÓVENES EN
GENERAL LEEN LIBROS DE AUTORES MÁS ACTUALES Y SI LES PREGUNTA POR SU ABUELO,
POR JORGE LLOPIS U OTROS ESCRITORES DE OTROS AÑOS, MUCHOS SABEN QUIENES SON,
PERO NO HAN LEÍDO NADA Y OTROS NI SIQUIERA SABEN DE QUIÉN ESTÁS HABLANDO? ¿CÓMO
PONDRÍAS SOLUCIÓN A ESTO?
La obra va dirigida a
todo tipo de públicos. Lo que sucede es que la parodia gusta más cuanto más
conoces el original. Si alguien no ha leído, pongamos por caso, La vida es
sueño, lo que yo le ofrezco en mi versión es para esa persona sólo una
historia más o menos graciosa. Pero el que conoce la obra de Calderón y luego
lee la mía puede reírse doblemente con la burla que yo hago. En cuanto a si hoy
en día se leen obras de autores más actuales, eso es un hecho, y no sucede sólo
entre los jóvenes, sino entre todos los lectores. Cualquier librero lo puede
confirmar. Si ves leer a alguien en el transporte público siempre suele ser un
libro reciente. La gente no regala clásicos por Navidad, porque regalar un
clásico es como decirle al que se lo regalas que te consta que no lo había
leído, lo cual puede parecer una ofensa. Hay una parte de juventud admirable,
con grandes inquietudes y una cultura sólida, pero también muchos que
desconocen nuestra cultura. ¿Cómo se soluciona esto? Pues modestamente creo que
con libros como el mío. Me explicaré: muchos jóvenes (y no tan jóvenes) no leen
porque la lectura les parece difícil o aburrida o ambas cosas. Quizá sus
primeras experiencias fueron malas. Quizá un profesor les obligó de niños a
leer a la fuerza algo muy soporífero y no consiguieron cogerle el gusto. Quizá
piensan que las grandes obras de la literatura son pesadas. Pero hay cosas maravillosas
que no se leen. Pero quizá alguien que lea una parodia de un escritor como la
mía puede ver despertado su interés en él e ir a ver cómo era el original. Hay
que fomentar la lectura por todos los medios. Los libros no son sino unos
señores muy sabios, amigos nuestros, pero que ya se han muerto y nos tienen que
decir por escrito lo que piensan. ¿Quién no querría contar entre sus amigos a
los hombres más sabios y más interesantes que han vivido nunca?
¿QUÉ TIPO
DE HUMOR PIENSAS QUE ES DIFÍCIL DE ESCRIBIR? Y ¿CUÁL ES EL TIPO DE HUMOR QUE LA
GENTE NO ENTIENDE Y CON EL QUE SE RÍEN POR REÍR O DIRECTAMENTE NO SE RÍEN?
El humor es más difícil
cuanto más culto: el que precisa un gran conocimiento de la lengua para poder
elaborar juegos de palabras, el que necesita de conocimientos previos para
crear la parodia, el que tiene que tener una visión crítica del mundo para poder
manejar la sátira. Es difícil hacer humor con lo poco cotidiano. El humor fácil
es el de todos los días, el de los monólogos de la televisión, el de los
hombres que no levantan la tapa del retrete o las mujeres que tardan tanto e
vestirse para ir al teatro que llegan cuando la función está a punto de
terminar. Eso es mala literatura, algo tan antiguo como las pirámides de
Egipto, Es difícil hacer un humor que perdure, que siga siendo gracioso dentro
de cincuenta años. Es fácil hacer humor con lo actual y reírse de que un
político ha metido la pata. Pero eso, pasado mañana se nos habrá olvidado y ya
no tendrá gracia.
EN UNA
ENTREVISTA QUE HE LEÍDO QUE LE HACÍAN COMENTABAS QUE CERVANTES ES UNA DE TUS «BESTIAS
NEGRAS». PARA TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE NO HAYAN PODIDO CON EL QUIJOTE O QUE SE LO HAYAN LEÍDO Y NO
LES HAYA GUSTADO, ¿QUÉ OTRO AUTOR DE LA ÉPOCA DE CERVANTES LES ACONSEJARÍA
LEER?
Entendámonos: no es que
yo no admire a Cervantes, pero, empleando un símil futbolístico, lo
consideraría indiscutiblemente el mejor equipo de la Segunda división. Me meto
con él porque me indigna que se le considere el mejor, cuando su prosa es tan
farragosa que resulta difícil de leer y cuando sus procedimientos para hacernos
reír o para conmovernos son de calidad mediocre. Se pueden recomendar muchos.
Lope, Calderón, Góngora, Quevedo o Gracián son autores barrocos que considero
muy superiores a Cervantes. Los sueños de Quevedo son altamente
recomendables, por ejemplo.
¿HA
PENSADO LLEVAR TU LIBRO HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA AL
TEATRO DE LA MANO DE TU COMPAÑÍA?
Con mi compañía no
represento mis obras, pues es una compañía dedicada al teatro cómico de
repertorio, de autores como Jardiel, Muñoz Seca, Benavente, Llopis... Pero he
escrito una obra, titulada El teatro es un asco, que tiene el mismo
estilo que mi libro y contenidos parecidos.
SI PUDIERAS
VIAJAR EN EL TIEMPO Y HABLAR CON ALGÚN ESCRITOR QUE ADMIRES, ¿CON QUIÉN SERÍA?
Y ¿QUÉ DOS PREGUNTAS LE REALIZARÍAS?
Hablaría con Lope de Vega
y le preguntaría por dos consejos literarios. Ya dio varios en vida y son
excelentes. Yo siempre los sigo y no fallan. Así es que le pediría que me diese
otros dos trucos para conseguir hacer buena literatura.
¿QUISIERA AÑADIR
ALGO MÁS A LA ENTREVISTA O DECIR ALGO MÁS A LOS SEGUIDORES DE LA WEB?
A los seguidores de la
web les diría que hay muchas maravillas por descubrir en las letras, muchas
cosas que aprender y que disfrutar. Pero que deben hacer con un criterio
propio. Hay que buscar lo bueno y desechar lo malo, aunque todos nos no
publiciten. Hay que desconfiar de las antologías que dicen que la mejor obra de
Fulanito es tal o cual. Cuando nos gusta un libro de un autor hay que buscar
más y leer todos los libros de ese autor, porque quizá una obra suya de menor
fama es tan buena o mejor que la más famosa. Hay que releer al cabo de unos
años. Si un libro no es tan bueno como para leerlo dos veces en la vida es que
no merecía ser leído ni siquiera una vez. No hay que acabarse los libros que no
nos gustan. Si el libro, tras unas cuantas páginas, no nos dice nada, hay que
abandonarlo y buscar otro mejor, pues no hay horas en la vida para leerlos
todos y no hay que perder el tiempo. Y hay que tener valor de decir que lo malo
es malo, nunca dejarse arrastrar por las opiniones ajenas.
ENTREVISTA PARA «UNIVERSO DE
LIBROS.COM», REVISTA DIGITAL
por Ana Esther Noreiko
(28-3-2014)
NOS GUSTARÍA SABER UN POCO SOBRE LAS INFLUENCIAS
QUE HICIERON DE USTED LO QUE ES.
Mis lecturas,
afortunadamente, han sido muy amplias y variadas, así que es difícil establecer
influjos. Pero si hablamos del humor, sí puedo decir a quién admiro y a quién
puedo parecerme. En primer lugar está Quevedo, con un sentido de la comicidad
muy barroco, esto es: acumulación de recursos, variedad y sátira afilada. El
influjo de mi abuelo, Jardiel Poncela, también será innegable en parte pero
quizá es más directo el de su primera época de cuentista y articulista, algo
que se conoce mucho menos. De mi libro Historia estúpida de la literatura
castellana han dicho varios críticos que es muy original, pero si leen Las mil
peores poesías de la lengua castellana de Jorge Llopis, tendré suerte si no me
acusan de plagio, pues es uno de mis modelos preferidos.
EN SU CASO ¿PODEMOS DECIR QUE SU HUMOR ES GENÉTICO
O CIRCUNSTANCIAL?
Genético en el sentido de
que en mi casa, desde que yo recuerdo, se hablaba «en broma», con camelos,
trastocando refranes, haciendo continuos juegos de frases, dando respuestas
absurdas… Eso es un influjo familiar que me llega no de las obras de Jardiel,
sino de su persona, de su forma de ser.
CASI ME RESULTA IMPOSIBLE HACERLE ESTE REPORTAJE A
UN HOMBRE CON TANTAS PUBLICACIONES COMO TIENE USTED. ¿CUÁNTOS LIBROS SON HASTA
AHORA?
Pues unos cuarenta
publicados… más los que están en un cajón en espera de reencarnarse, bien
porque son peores que los otros o porque, aunque no lo sean, no hallaron el
momento propicio. Lo difícil —se ha dicho y es verdad— no es escribir: lo
difícil es que te publiquen.
¡VAYA NÚMERO PARA ALGUIEN TAN JOVEN! HÁBLENOS UN
POCO DE ELLAS.
He escrito libros de muy
variada índole: estudios literarios, libros sobre la religión y la cultura de
la India (país donde viví muchos años), colecciones de cuentos, traducciones de
poemas, algún libro de historia, alguna biografía, un diccionario de lengua
hindi, un diccionario de filosofía… Ahora pienso dedicarme al humor, que es
algo que me ha apasionado desde joven, y veo con alegría que mi libro está
siendo muy bien recibido.
INDUDABLEMENTE NOS ENCONTRAMOS FRENTE A TEMAS
PROFUNDOS Y DIFÍCILES. ¿CUÁL FUE SU TEMA PREFERIDO? ¿Y EL MÁS DIFÍCIL DE
ABORDAR?
El libro que más esfuerzo
me supuso fue el diccionario de lengua hindi, al que dediqué varios años. Y un
estudio crítico, La India en la literatura española, me supuso también mucho
trabajo de investigación. Una obra a la que le tengo mucho cariño es la
titulada Libro de libros. Mil curiosidades sobre el más fascinante de los
mundos, que es una bibliofiliana o libro de anécdotas sobre el mundo del libro,
que me parece muy curioso y didáctico, a la vez que divertido.
¿CÓMO FUE QUE DIO EL SALTO DE ESTA ORILLA
CIRCUNSPECTA A LA OTRA DE HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA CUYAS
CRÍTICAS RESALTAN SU DERROCHE DE ERUDICIÓN, EXTRAORDINARIO Y FINÍSIMO HUMOR A
MÁS DE UNA PLUMA DE ENVIDIABLE PROSAPIA?
La visión humorística del
mundo siempre me ha atraído. Desde hace algunos años mantengo un blog de
escritos cómicos, donde publico artículos, versos y cuentos de humor. En un
momento dado un libro con ese tipo de materiales era el paso lógico. Así surge
Historia estúpida de la literatura, que es un libro paródico donde me burlo con
cariño de autores consagrados, de grandes obras de la literatura universal, de
la pedantería de la crítica literaria, de los talleres de escritura y de muchas
otras cosas.
EN GENERAL, ¿LE LLEVA MUCHO TIEMPO ESCRIBIR UN
LIBRO?
En general, no, salvo que
requiera una investigación concienzuda. De hecho, hay libros que los he escrito
en un tiempo record. Cuando escribo, afortunadamente, nunca me quedo atascado.
Empiezo y trabajo sin parar. Otra cosa es que lo escrito sea bueno, pero
siempre se puede —y se debe— corregir más adelante. Me río mucho de ese tópico
del cine que presenta a un escritor que no sabe qué escribir a continuación y
arruga la hoja en blanco, tirándola a un rincón de la habitación. El que no
sabe qué poner en un papel sin pensárselo demasiado, no es escritor.
EN PARTICULAR CON ESTE
ÚLTIMO ES DE PRESUMIR QUE LE LLEVÓ TODA SU VIDA DE LECTURA Y ESTUDIOS
Claro; para conocer bien
los estilos y los temas de los autores a los que parodio necesité muchos años
de lecturas. Pero, una vez conocido esto, la redacción no fue nada larga, se lo
aseguro.
¿CUÁNTO HACE QUE LA LANZÓ A LAS LIBRERÍAS?
Salió a la luz el 20 de
febrero, hace un mes escaso. Y se presentará en sociedad el mes que viene.
¿ESTÁ SATISFECHO CON LA REPERCUSIÓN QUE TIENE?
¿Cómo no estarlo? No
conozco en detalle las cifras de ventas, pero las críticas están siendo muchas
y muy elogiosas, aunque esté feo que yo lo diga. La gente que lo lee, disfruta
y, lo que es curioso, cuando los reseñadores eligen fragmentos, nunca son los
mismos. Es obvio que hay en el libro material para lectores de gustos muy
diversos.
HE PODIDO AVERIGUAR QUE SUS LECTORES ESTÁN
ENCANTADOS CON SU ADQUISICIÓN. ¿LE HAN HECHO LLEGAR COMENTARIOS QUE QUIERA
COMPARTIR CON NOSOTROS?
Me han dicho cosas muy
bonitas, es verdad. Pero la más satisfactoria de todas es que me han pedido que
escriba más libros del mismo estilo. Por mí no quedará.
COMO NO PODÍA SER DE OTRO MODO, QUISIERA SABER MÁS
COSAS DE USTED. DE SU VIDA DE ESCRITOR Y CÓMO LOGRA EQUILIBRARLA CON SU VIDA
PERSONAL, DE FAMILIA.
El escritor tiene la
ventaja del horario. Yo puedo ocuparme de mi familia, llevar a mi hija al
colegio y hacer lo que haga falta. Pero luego, de madrugada, nada me impide
escribir si me apetece hacerlo; y muchas veces me apetece, aunque le quite
horas al sueño.
¿TODO SITIO ES BUENO O TIENE UN LUGAR PREFERIDO
PARA ESCRIBIR?
Los escritores escribimos
los domingos, en vacaciones y también en el transporte público, cuando vamos de
visita a casa de amigos y en otras muchas circunstancias. Hay sitios más
cómodos, obviamente, pero el escritor verdadero no tiene manías: no precisa de
un tipo especial de pluma, ni de un despacho personalizado ni nada de todo eso.
Yo, mientras escribo, disfruto tanto que me olvido de dónde estoy.
¿PREFIERE EL SILENCIO ABSOLUTO O SE ACOMPAÑA CON
MÚSICA O CUALQUIER OTRA COSA COMO CAFÉ, BOCADILLOS…?
Suelo tener música
clásica de fondo, pero no es imprescindible. Tampoco como ni bebo. El silencio
no lo necesito, pues me abstraigo y no me entero si me hablan.
¿QUÉ PIENSA DE LOS BEST-SELLERS QUE FABRICA
LA PUBLICIDAD?
Cuando se invierte mucho
dinero en la publicidad de un libro, ese libro se vende, independientemente de
que sea muy bueno o muy malo. Lo lee gente que no ha leído antes nunca nada y
no tiene realmente criterio para elegir. La literatura es aquí un bien de
consumo, sin mayor trascendencia. Si el libro no funciona, al mes las
editoriales lo convierten en pulpa de papel y se lanzan al siguiente. Todo el
proceso de elaboración de un best-seller, su venta y lectura son como algo
ajeno a la literatura. Pero son productos que no perdurarán. En los años
veinte, el novelista español que más vendía y de más fama gozaba no era Pérez
Galdós ni Baroja, sino Felipe Trigo, al que hoy nadie recuerda y cuyo nombre ni
figura prácticamente en casi ninguna historia de la literatura. Hoy en día, el
enemigo número uno del escritor es la televisión, no tanto por sus contenidos,
sino por la afición de las editoriales de dar prioridad a los nombres que son
famosos por salir en ella. Es más fácil que una editorial acepte un manuscrito
de un famoso televisivo (aunque sea el hombre del tiempo o el presentador de
«La ruleta de la fortuna») que de un escritor profesional que lleve muchos años
perfeccionando su estilo.
¿QUÉ ES MEJOR, EL LIBRO IMPRESO O EL DIGITAL?
El impreso, obviamente,
aunque no tiene sentido cerrar los ojos a las ventajas de poder viajar, por
ejemplo, con quinientos títulos debajo del brazo. Cada tipo de libros cumplirá
una función distinta. En realidad, hay libros impresos extensos, de consulta o
referencia, de precio prohibitivo, que mucha gente ya no puede comprar. Ahí el
e-book será una ventaja para muchos.
¿TIENE ALGUNA PÁGINA O BLOG PARA NUESTROS LECTORES?
En el blog http://humoradas.blogspot.com.es hay
escritos míos de tomo cómico semejantes a los del libro.
Mi página personal http://enriquegallud.blogspot.com.es contiene
mucha información sobre mis actividades académicas y creativas, y finalmente,
en la página del libro http://historiaestupidadelaliteratura.blogspot.com.espueden
encontrarse fragmentos del mismo, curiosidades, entrevistas, críticas. etc.
¿QUÉ LE PARECE SI CIERRA USTED ESTA ENTREVISTA?
(PORQUE SI ES POR MI… SOY TAN PREGUNTONA QUE PUEDO SEGUIR LARGO TIEMPO
PREGUNTANDO Y SOBRE TODO APRENDIENDO).
La cerraría haciendo una
defensa del humor. Porque la risa es lo más sano, lo más bueno, lo que más se
parece a la felicidad. Las desgracias del mundo (guerras, maltratos, odios)
surgen de personas que se toman a sí mismas y a sus ideas excesivamente en
serio. El que contempla la vida bajo la perspectiva del humor nunca es malvado.
Además, el humor, en su versión satírica, corrige los errores de la sociedad:
«Castigat ridendo mores». Seamos, pues, partidarios del humor, fabriquémoslo o
compartámoslo para ser felices nosotros y ayudar un poco a que lo sean también
los demás.
Nieto de uno de los humoristas más destacados de la Historia de España, un país bastante nutrido de esa rara avis que nos hace la vida más fácil al ofrecernos sonrisas, Enrique Gallud Jardiel (¿adivinan quién fue su abuelo?), presenta un nuevo libro en el que analiza la 'Historia Estúpida de la Literatura'. Tal es su título.
ENTREVISTA PARA «ACTUALLY NOTES», REVISTA DIGITAL
por José Carlos Bermejo, aparecida el 26 de marzo de 2014
Nieto de uno de los humoristas más destacados de la Historia de España, un país bastante nutrido de esa rara avis que nos hace la vida más fácil al ofrecernos sonrisas, Enrique Gallud Jardiel (¿adivinan quién fue su abuelo?), presenta un nuevo libro en el que analiza la 'Historia Estúpida de la Literatura'. Tal es su título.
Nos acercamos virtualmente hasta él para hacerle
unas preguntas con la mejor intención periodística. Comenzada la lectura de su
libro, nos sobresalta de asombro desde las primeras líneas. Casi sin despegar
de los dedos la primera página tenemos la primera pregunta...
EN EL PRÓLOGO DE SU HISTORIA ESTÚPIDA DE LA LITERATURA NOS DICE QUE "HA ACABADO HASTA LA CORONILLA DE TANTA ERUDICIÓN Y TANTA MANDANGA (...)
Y JURA NO VOLVER A ABURRIR A NADIE CON ESCRITOS PLÚMBEOS, COMO HASTA AHORA
HACÍA" ¿QUÉ ES LO QUE LE HA ABIERTO LOS OJOS, QUÉ LE HA HECHO
DESPERTAR DE ESE MODO?
La convicción que he adquirido a lo largo de los
años de que las cosas malas de este mundo (guerras, injusticias de todo tipo)
las provocan gentes que se toman las cosas demasiado en serio. El humor es una
fuente de felicidad y la visión cómica de la vida nos permite desdramatizar el
presente y soportar mejor lo que acaece. La literatura debe servir para
descansar de la vida.
ASÍ LAS COSAS ¿QUÉ VA A
ENCONTRAR EL LECTOR EN SU LIBRO?
Una sátira amable y elegante de la literatura
universal en todos sus ámbitos: autores, obras, críticas literarias, talleres
de escritura. Son escritos cortos, algunos en verso humorístico, en tono de
parodia, donde se desmitifica a los grandes nombres no con el fin de
desprestigiarlos sino con el de divertirnos con ellos.
ENRIQUE JARDIEL PONCELA,
SU ABUELO, FUE UN MAGNÍFICO ESCRITOR -NO SOLO HUMORÍSTICO- Y SU TEATRO VUELVE
HASTA NOSOTROS DE FORMA RECURRENTE SIN QUE PIERDA VIGENCIA ¿ES EL HUMOR, EN
REALIDAD, IMPERECEDERO? ¿O ENCUENTRA OTRA RAZÓN EN LA CIRCUNSTANCIA APUNTADA?
Hay humores perecederos y otros imperecederos. El
humor sainetesco basado en el chiste cotidiano, en el tipismo, en el lenguaje,
en lo cercano, en las costumbres de un momento, pasa y no deja huella. Pero el
humor intemporal, cosmopolita, basado en la situación sigue teniendo vigencia.
Y el humor de Jardiel era de este tipo.
CAMBIANDO EL TERCIO,
VIVIMOS EN ESPAÑA UNA LARGA CRISIS ECONÓMICA QUE PARECE INSTALADA AD
INFINITUM. ¿NO CREE QUE NOS FALTA HUMOR PARA COMBATIRLA?
Podría parecer una frivolidad refugiarse en el
humor cuando tanta gente está sufriendo. Pero incluso en épocas económicamente
buenas, cada persona puede tener un drama personal. Siempre es mejor
reflexionar e intentar no angustiarse en exceso. El hombre tiene poco control
sobre las circunstancias exteriores de su vida: le pueden pasar muchas cosas no
deseadas. Debe, por tanto, intentar controlar lo que sí está en su mano: cómo
se toma las cosas que le suceden. Unamuno dejó dicho que la vida es una
tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan.
EN SU LIBRO ANALIZA LOS
TÓPICOS Y ESTEREOTIPOS DEL GÉNERO HUMANO CON BASTANTE INMISERICORDIA. DESPUÉS
DE MILES DE AÑOS SOBRE ESTE MUNDO: ¿TAN POCO INTELIGENTES SOMOS? ¿Y TAN FÁCIL
VA QUEDANDO ASÍ REFLEJADO EN LA HISTORIA?
Ha de tenerse en cuenta que mi libro es una gran
broma y no hay que tomar al pie de la letra lo que se dice en él. Pero la
versión literaria del hombre y la mujer efectivamente es así. Las personas
buenas, justas, correctas no son materia literaria: no interesan, Los
personajes de las grandes obras son todos gente muy rara y de ahí su atractivo.
CUENTA EN SU LIBRO, EN
UNA CURIOSA ANÉCDOTA, CÓMO REALIZÓ UN EXTRAORDINARIO DESCUBRIMIENTO QUE
TRASTOCARÍA UN DATO HISTÓRICO RELACIONADO CON LA PRIMERA OBRA TEATRAL CONOCIDA
Y ESCRITA EN CASTELLANO, QUE NO SERÍA LA QUE SE ENSEÑA EN EL COLEGIO: EL AUTO
DE LOS REYES MAGOS. SIN EMBARGO, AUNQUE QUISO PONERLO DE MANIFIESTO, LAS
INSTITUCIONES NO LE QUISIERON HACER CASO. SIENDO, AL PARECER, ESTE TIPO DE
DESCUBRIMIENTOS, MÁS USUAL DE LO QUE PARECE. ¿QUÉ CREE QUE OCURRE?, ¿NOS DA
MIEDO O PEREZA RESCRIBIR LA HISTORIA?
Esos descubrimientos a los que me refiero son
totalmente falsos, son invención mía. Pero estoy convencido de que si tuvieran
lugar, las autoridades los ignorarían. Nadie quiere cambiar la historia, nadie
quiere reconocer, por ejemplo, que el Cid fue un mercenario que, en
determinados momentos de su vida, cobró dinero de reyes musulmanes para matar a
enemigos cristianos. Eso pondría patas arriba toda una leyenda. La historia no
se rescribe por conveniencias.
AL HILO DE LO ANTERIOR,
TAMBIÉN NOS CUENTA EN SU HISTORIA
ESTÚPIDA DE LA LITERATURA QUE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER PLAGIÓ ALGUNO DE SUS
POEMAS Y NO DEJA DEMASIADO BIEN PARADO A CERVANTES, UNA DE LAS CONSIDERADAS
FIGURAS CLAVE DE NUESTRA LITERATURA. A LA PAR, HABLA DE QUE ESCRIBIR ES UN «ESTÚPIDO
ARTE». ADEMÁS DE DESMONTAR
MITOS, PARECE QUE QUIERA AJUSTAR CUENTAS, QUIZÁ SE LE PUEDA NOTAR RESENTIDO.
¿ES ASÍ?
¿Ajustar cuentas o estar resentido? ¡No, al
contrario! La literatura es una de las mejores cosas que existen y a ella debo
miles de horas de felicidad. He dedicado mi vida a ella. ¿Por qué habría de
atacarla en serio? Todo el libro no es sino una vuelta de tuerca: utilizar la
literatura para disfrutar de ella de otro modo, por vía de la parodia. Los
autores de los que me burlo me son muy queridos y los conozco muy bien; de otro
modo no podría escribir sobre ellos o imitar su estilo. Precisamente por el
amor que les tengo, con la confianza que da esa relación, les tomo el pelo.
OFRECE, EN SU LIBRO, DE
FORMA DESINTERESADA, CONSEJOS PARA ESCRIBIR COMO UN BUEN CUENTISTA, INCLUSO
PARA SER NERUDA O UN POETA JAPONÉS. AL FINAL, BIEN PARECE QUE VEA LA LITERATURA
COMO UNA FÓRMULA MATEMÁTICA DESPOJADA DE SENTIMIENTOS. ¿PERO NO CREE QUE HASTA
EL BEST-SELLER MÁS ESTUDIADO NO
TRIUNFARÍA SI EL LECTOR NO PERCIBE SU ALMA, EN LA HISTORIA, EN LOS
PERSONAJES...? ¿O ES QUE QUIEN CARECE DE ALMA ES EL LECTOR ACTUAL?
La literatura ha de tener alma, ¿qué duda cabe?
Pero en ocasiones se produce la elaboración literaria mediante técnicas poco
honestas y los lectores las aceptan. Eso es lo que quiero decir. Hay poetas que
escriben sin rima, ritmo no medido, repitiendo ideas que ya se han dicho mil
veces y obteniendo grandes éxitos por la coyuntura, lo que me parece un agravio
comparativo con otros verdaderos poetas del pasado, infinitamente mejores. En
estos casos la sátira es lo adecuado. O dicho de otra manera: un haiku puede
estar muy de moda, pero no es comparable a un soneto en complejidad y
posibilidades.
PARA TERMINAR, ¿LE
GUSTARÍA ENVIAR ALGÚN MENSAJE A NUESTROS LECTORES?
La lectura es algo muy personal, pero aún así
puedo dar varios consejos a los lectores, aunque siento no hacerlo en clave de
humor, porque he dormido poco y estoy algo espeso. Un consejo es que relean: un
libro que no se puede leer dos veces no merece la pena de ser leído ni una
sola. Al cabo del tiempo, el libro ya conocido nos aporta muchas cosas nuevas.
Un segundo consejo es que sean exhaustivos. Si un libro de un autor les gusta,
deben buscar y leer todo de ese autor. Entre las obras menos famosas
encontrarán perlas en el fango, libros iguales o mejores que el más famoso. Los
antólogos no saben dónde tienen la mano derecha y nos dicen que Fuenteovejuna
es la mejor obra de Lope de Vega y cosas así. Casi siempre se equivocan. No hay
que leer lo que se nos dice, sino buscar con arreglo a nuestros criterios. Otro
consejo es no leer demasiado lo actual sin conocer lo previo. La obra original
y de calidad es rara y las posibilidades de que se haya publicado ayer son
pocas. Conocer las novelas de Ruiz Zafón (es un ejemplo) y no haber leído nada
de Dostoyevski es como afirmar que en música nos gusta el Chiquilicuatre y no
sabemos quién fue Mozart.
ENTREVISTA PARA «NARRATIVA BREVE»
por Francisco Rodríguez Criado (11-4-2014)
Uno de los apartados de Historia estúpida de la literatura
(Espuela de Plata, 2014) se titula “Cien maneras de no empezar un libro”. Como
no incluyes otro apartado que enseñe “Cien maneras de no comenzar una
entrevista”, me dejo llevar por mi instinto y me tomo la libertad de iniciar
esta entrevista hablando de tu abuelo, el gran escritor Enrique Jardiel
Poncela, destacado miembro de lo que se ha venido a llamar La Otra Generación
del 27. Tengo la impresión de que no solo estás orgulloso de su legado sino que
en cierta manera has recogido su testigo y enarbolas la bandera del sentido del
humor y el amor a la vida y a las letras, que eran sus señas de identidad. ¿Me
equivoco al pensar que la presencia de Jardiel Poncela ha inspirado tus pasos
en el mundo de la creación, como escritor y como director de teatro?
La impresión de que continúo la batalla que libró Jardiel por dignificar el
humor es totalmente certera. El humor está infravalorado en nuestro tiempo y
eso es injusto, porque es un arma poderosísima contra los abusos del poder,
aparte de proporcionarnos felicidad objetiva con la risa. Mi vínculo teatral no
es de Jardiel, sino que me viene de mi padre, Rafael Gallud, que era actor y
que tenía la paciencia de llevarme diariamente a todos sus ensayos, desde que
yo recuerdo. El influjo de Jardiel está en mí, obviamente, pero no tanto por la
lectura y conocimiento de sus obras, sino de otra manera más directa: mediante
el estilo «cómico» de comunicación que siempre ha imperado en la intimidad de
la familia: uso de camelos, deformación de refranes y frases, gusto por las
respuestas absurdas e incongruentes, etc., así como por la visión humorística
del mundo en general.
Historia
estúpida de la literatura es un libro de reflexiones articulado en cuatro
partes (“Crítica Literaria”, “Antología de Escritos Recién Encontrados”,
“Literatura explicada para que no haya que leerla” y “Taller de Escritura:
Hágalo usted mismo”) donde abordas la literatura desde diversos frentes, pero
siempre con intención humorística, desinhibida, desacralizadora. Algún lector
errado podría pensar que te mofas del quehacer literario, cuando lo cierto es
que exhibes grandes conocimientos literarios sin los cuales no podrías
escarnecer a autores y géneros. ¿Por qué siendo doctor en Filología Hispánica
–algo a priori más bien serio– adoptas aquí el papel de enfant terrible
para escribir sobre lo que entiendo debe ser una de tus grandes pasiones: la
literatura?
Pensar que el
humor se hace sólo para zaherir es una visión limitada. La literatura que
parodio no sólo la conozco muy bien, sino que me gusta mucho. A los autores de
los que me río los amo también; precisamente por la confianza que me da ese
afecto, les puedo tomar el pelo. Si desprecias algo o a alguien, no escribes
sobre ello. Yo he dedicado mi vida a estudiar y a enseñar a esos autores. Lo
que pasa es que he combinado mis conocimientos profesionales, por decirlo así,
con mi afición privada: el humor. Pero puedo asegurarte que no hay en mí
desprecio en absoluto por la tradición literaria. Sin embargo, nunca está de
más la parodia, como elemento purificador. La ropa puede ser de muy buena
calidad, pero de vez en cuando hay que meterla en la lavadora.
En tu libro
se desmitifican obras de autores de primera fila: Kafka, Homero, Cervantes,
Dumas, Shakespeare, Lope de Vega, etcétera. Pero ahora te ruego que hagas un
ejercicio de seriedad y nos hables de los autores y las obras que no deberían
faltar en la biblioteca de un gran lector.
Pues
precisamente esos señores que has mencionado. Quizá Homero esté algo pasado
para nuestro gusto, pero los demás siguen siendo magníficos y hay que
conocerlos. Lope de Vega es como un dios para mí. Pero ningún lector de habla
hispana debería prescindir de Tirso, Calderón, Quevedo, Góngora o Gracián, por
mencionar sólo un siglo y un solo país. Un gran lector debería conocer a los
clásicos, antes que perder el tiempo con contemporáneos que probablemente se
olvidarán en una o dos décadas.
Después de
publicar un libro sacrílego –por así decirlo– como Historia estúpida de la
literatura, ¿te has planteado escribir su reverso, una Historia sabia de
la literatura para sacralizar la literatura que te hace vibrar?
En absoluto, y
por varias razones. Una es que ese libro ya existe: se ha escrito muchas veces.
Otra es que habría mucha gente que podría hacerlo mejor que yo; eso es lo que
sucede con las obras de investigación o de divulgación. Yo he escrito varios
libros de esos y me consta que otros escritores, investigando y documentándose
como yo lo he hecho, pueden llegar a conclusiones muy parecidas. Pero la magia
de los libros de ficción consiste en su condición de únicos. Pueden ser malos o
muy malos, pero son distintos, y eso tiene un valor añadido. Por otra parte,
con este libro mío (y otros del mismo género en los que trabajo y que confío
que aparecerán en breve) me divierto mucho más.
En un post
que Fernando Sánchez Dragó le dedica a Historia estúpida de la literatura
se queja de no arremetes contra ningún lector vivo. Reproduzco literalmente sus
palabras:
El libro de Enrique
sólo tiene un defecto: en él no aparece ni un solo plumilla vivo, de ésos, tan
abundantes hoy, que escriben con palotes, desconocen la gramática, la
morfología, la sintaxis, el léxico, la retórica y no digamos la semántica
(horrenda palabreja), y son leídos con meliflua devoción de beguinas y sacristanes
por el rebaño de los asnalfabetos.
No pretendo unirme a
la petición de Sánchez Dragó, pero por curiosidad malsana me gustaría saber qué
te ha frenado a la hora de evitar convertir a los “plumillas vivos” en la diana
de tus invectivas literario-humorísticas.
No me ha frenado
nada en absoluto. De hecho, desde hace años mantengo un blog de escritos
cómicos, titulado «Humoradas», donde me despacho a gusto con muchos vivos.
Pocos días antes de la aparición del artículo de Fernando al que aludes, yo
había escrito una necrológica, anunciando la muerte de Pérez-Reverte y
tomándole el pelo a él. Si no he incluido este tipo de escritos en mi libro y
me he centrado en otros autores ha sido por considerarlos más perennes. No
quisiera ser presuntuoso, pero imaginemos que mi libro gusta y perdura, y que
dentro de treinta años lo lee alguien y se pregunta: «¿Quién será este Fulanito
del que Gallud se ríe? Debió de ser un escritor famoso en las primeras décadas
del siglo, pero ahora no lo conoce nadie.» Yo tenía que impedir que pudiese
pasar eso. Recordemos que el novelista más famoso de los años veinte y el que
más vendía era Felipe Trigo, al que nadie recuerda hoy. ¿Para qué iba a
arriesgarme yo escribiendo sobre alguien que, a lo mejor, es muy famoso hoy
pero desaparece pasado mañana?
Juan José
Armas Marcelo cuenta en El vicio de vivir que Vargas Llosa era
refractario al humor en la literatura porque consideraba que ambas cosas, humor
y literatura, no hacían buenas migas; y cuenta también el escritor canario, tan
buen conocedor de la vida y obra del Nobel peruano, que este, hasta Pantaleón
y las visitadoras, no se había atrevido a usar el humor como elemento
narrativo, y si lo hizo en esa novela fue porque tuvo la certeza de que esa
historia de militares atendidos por prostitutas solo se podía contar en clave
humorística. El caso del Vargas Llosa de entonces está lejos de ser único; muy
al contrario, se piensa con demasiada frecuencia que la obra de un gran
escritor debe ser seria. ¿Qué opinión te merece que el humor en la alta
literatura tenga tantos detractores?
Si Vargas Llosa
dijo efectivamente eso, entonces yo me niego a reconocer a Vargas Llosa como
alta literatura en absoluto. El desprecio al humor me parece rematadamente mal.
En Grecia se consideraba a la tragedia y a la comedia como géneros de igual
importancia. Lo dramático ha cobrado fama después y es una forma literaria más
facilona. Cualquiera puede conmovernos contándonos una muerte o una enfermedad,
por mal que nos la cuente. El humor, en cambio, es más difícil de crear;
es un producto de la inteligencia: precisa de una cultura previa, de un gran
conocimiento de la lengua, de la capacidad de asociación de ideas, de
originalidad. Quien desprecia el humor sólo está dando muestras de su
mediocridad intelectual.
Imaginemos a
un espectador que acude al teatro con la mejor intención del mundo para
disfrutar una obra de Lorca, de Lope de Vega, de Dürrenmatt, del propio Jardiel
Poncela. ¿Crees que ese espectador se pierde algo si no ha leído previamente el
texto teatral?
No,
porque el teatro se escribe, debe escribirse, para ser visto antes de ser leído
y para ser entendido a la primera. Si no se entiende a la primera, si es
confuso, entonces no cumple su función. Hay normas tácitas en la escritura
teatral dirigidas a ello: por ejemplo, que las informaciones imprescindibles
para entender la obra se repitan tres veces, para asegurarse de que todos los
espectadores las escuchan y se enteran, cosas así.
Lo que sí es importante
es que se respete al autor, que no se hagan versiones caprichosas, que no se
corte indiscriminadamente su texto, sólo porque es largo. Hay que dejarle que
nos diga por entero lo que quiere decir.
Hacer una versión de un
autor implica gran vanidad y una mala elección. Gran vanidad del versionante,
que parece decir, “esto que ha escrito Calderón está mal escrito, yo lo voy a
hacer mejor”. Y mala elección. Si cambias una obra es porque no te gusta como
está; entonces, elige otra.
Otro aspecto es que, una vez
vista la representación, puedas disfrutar a posteriori con la lectura de la
obra. Hay autores que se prestan mucho a eso: Bernard Shaw o Schiller, por
ejemplo. Otros, como Jardiel, son más difíciles de leer, porque la abundancia
de acotaciones hace difícil seguir la trama.
Ya solo me
resta hacerte una petición: que nos recomiendes un cuento o un poema para las
secciones 1001 cuentos y 1001
poemas.
Es complicado.
Para el cuento recomendaría «La biblioteca de Babel», de J.L. Borges. El
poema, quizá «El coloquio de los centauros», de Rubén Darío.